Colecho concluido: reflexiones tras 9 años de dormir juntos

Dormir con tus hijos es una experiencia que puede generar opiniones divididas y debates acalorados. Algunos padres optan por el colecho desde el primer día, mientras que otros prefieren que sus hijos duerman en su propia habitación. En mi caso, he vivido la experiencia del colecho durante nueve años, compartiendo la cama con mis tres hijos. En este artículo, quiero compartir mis reflexiones y aprendizajes tras esta larga travesía del colecho.
- Cómo comenzó el colecho: una elección por pura supervivencia
- Encontrando información y apoyo a favor del colecho
- Enfrentando críticas y opiniones negativas sobre el colecho
- El colecho como una forma de seguridad y cercanía con los hijos
- Después de nueve años: el fin del colecho
- Reflexiones y aprendizajes tras la experiencia del colecho
- El valor del colecho: comodidad y cercanía con los hijos
- Conclusión: el colecho como una elección personal, no algo importante
Cómo comenzó el colecho: una elección por pura supervivencia
Cuando mi hijo mayor nació, el colecho era algo que nunca había considerado. Teníamos una cuna preparada en su habitación, listos para seguir todas las recomendaciones de sueño seguro. Sin embargo, la realidad fue muy diferente. Mi hijo era un bebé inquieto que lloraba cada vez que lo poníamos en la cuna. Las noches se volvieron agotadoras y desesperantes, hasta que finalmente nos dimos cuenta de que dormir con nosotros en la cama era la única forma de conseguir algo de descanso.
Al principio, fue difícil acostumbrarnos a la idea de tener a nuestro bebé en la cama con nosotros. Teníamos miedo de aplastarlo o que se cayera, pero rápidamente aprendimos las precauciones necesarias para hacerlo de forma segura. Y así, el colecho se convirtió en una necesidad para poder sobrevivir al agotamiento y tener algo de descanso durante la noche.
Encontrando información y apoyo a favor del colecho
Al principio, no sabíamos mucho sobre el colecho. Pensábamos que éramos los únicos padres que dormían con sus hijos, pero pronto descubrimos que no estábamos solos en esta elección. Empecé a investigar sobre el tema y descubrí que el colecho tiene muchos beneficios para los niños y para los padres.
Encontré estudios que hablaban de la reducción del riesgo de muerte súbita del lactante en bebés que duermen con sus padres, así como la mejora del apego y la lactancia materna. Durante estos nueve años, mi experiencia personal también me ha demostrado que el colecho ha fortalecido nuestros lazos familiares y ha creado un ambiente de seguridad y calidez en nuestra cama.
Enfrentando críticas y opiniones negativas sobre el colecho
Al igual que cualquier decisión que tomes como padre, el colecho puede encontrarse con una serie de críticas y opiniones negativas provenientes de personas que no comparten tu elección. A lo largo de estos años, he escuchado comentarios como "estás malcriando a tus hijos", "deberían aprender a dormir solos" o "nunca podrán desapegarse de ti".
Relacionado con:
Sin embargo, he aprendido a no dejarme afectar por estas opiniones. En lugar de eso, me he centrado en los beneficios que el colecho ha tenido para nuestra familia. Mis hijos se sienten seguros y protegidos al dormir con nosotros, y yo he podido disfrutar de momentos de conexión y cercanía con ellos durante la noche.
El colecho como una forma de seguridad y cercanía con los hijos
Uno de los mayores beneficios del colecho ha sido la sensación de seguridad que mis hijos han experimentado al dormir con nosotros. Saber que estamos cerca les brinda una sensación de protección y calma. Además, el colecho ha fomentado el apego entre nosotros, fortaleciendo nuestros lazos familiares.
Durante la noche, hemos tenido la oportunidad de compartir momentos especiales de conversación, abrazos y caricias. Esta cercanía ha creado un ambiente de confianza y amor en nuestra cama, lo cual considero invaluable.
Después de nueve años: el fin del colecho
Aunque el colecho ha sido una experiencia maravillosa, llega un momento en el que los hijos crecen y necesitan tener su propio espacio. Los nueve años de colecho han sido increíbles, pero también han desafiado nuestra capacidad de descansar plenamente. Con el paso del tiempo, hemos llegado a un consenso en la familia de que es momento de darle a cada uno su propio lugar para dormir.
Nos hemos tomado el tiempo necesario para preparar una transición suave y gradual hacia que los niños duerman en sus propias camas. Hemos convertido sus habitaciones en un entorno acogedor y seguro, teniendo en cuenta sus preferencias y necesidades. Aunque han habido algunas resistencias y dificultades, estamos orgullosos de la decisión que hemos tomado como familia.
Reflexiones y aprendizajes tras la experiencia del colecho
Tras nueve años de colecho, han surgido muchas reflexiones y aprendizajes que ahora compartimos con otros padres. El colecho nos ha enseñado a ser flexibles y adaptarnos a las necesidades cambiantes de nuestros hijos. Nos ha recordado la importancia de estar presentes y disponibles para nuestros hijos, tanto durante el día como durante la noche. Además, el colecho nos ha brindado momentos de conexión y complicidad que nunca olvidaremos.
Relacionado con:
Entendemos que el colecho no es para todos. Cada familia es única y cada individuo tiene sus propias necesidades y preferencias. Lo más importante es tomar decisiones en función del bienestar y la comodidad de todos los miembros de la familia.
El valor del colecho: comodidad y cercanía con los hijos
El colecho ha sido una elección personal que hemos hecho por comodidad y cercanía con nuestros hijos. A lo largo de estos nueve años, hemos disfrutado de noches tranquilas y momentos de conexión que no habríamos experimentado de otra manera. Nuestros hijos se han sentido seguros y amados, y nosotros como padres hemos tenido la oportunidad de cuidar de ellos de una manera más íntima.
Además, el colecho ha facilitado la lactancia materna durante la noche. Al tener a los niños cerca, ha sido más sencillo amamantarlos cuando lo necesitaban, sin tener que levantarme de la cama y perturbar nuestro descanso.
Conclusión: el colecho como una elección personal, no algo importante
En definitiva, el colecho ha sido una elección personal que hemos hecho como familia. No lo considero como algo importante o trascendental, sino simplemente como una forma de criar a nuestros hijos que nos ha funcionado. Cada familia tiene su propia dinámica y sus propias necesidades, por lo que el colecho puede ser una opción válida para unos y no para otros.
El colecho nos ha brindado momentos de cercanía, seguridad y amor en nuestra familia, pero ahora es momento de permitirles a nuestros hijos crecer y tener su propio espacio. Estamos emocionados por la nueva etapa que estamos comenzando y estamos seguros de que nuestros hijos serán capaces de dormir tranquilos en sus camas.
En última instancia, lo más importante es hacer lo que nos haga sentir bien como padres y lo que funcione mejor para nuestra familia. No hay una forma "correcta" o "incorrecta" de dormir con tus hijos. Cada familia tiene su propia forma de criar y lo importante es que haya amor y respeto en cada elección que tomemos.
Relacionado con:
Deja una respuesta